Por qué la genealogía de Jesús que presenta el evangelio de Mateo es diferente a la que presenta el evangelio de Lucas?

Por: Pastor Mario Vega.

Las dos genealogías del Señor Jesús han sido motivo de controversia desde los orígenes del cristianismo. Ya Eusebio en su ‘Historia Eclesiástica’ hace mención de las dificultades que tenían los cristianos para explicar las diferencias entre ambas genealogías.

Las explicaciones en el sentido que una es la genealogía a partir de José y la otra es la genealogía a partir de María ha mostrado ser una explicación inconsistente. Además, a lo largo de la historia de la exégesis bíblica, hubo épocas cuando se consideró que el evangelio de Mateo presentaba la genealogía de María y épocas cuando se pensó que era la de José. Pero ambas opciones no dan explicación satisfactoria a la pregunta de por qué tendría que consignarse la genealogía de una persona, José, que no tuvo ningún parentesco con Jesús.

De igual manera, la explicación que una es la genealogía natural y la otra la legal es el mismo argumento usando otras palabras. Y deja todavía sin responder las cuestiones principales.

Vamos a dar un gran salto en la historia para llegar hasta las conclusiones de la crítica histórica moderna, que nos presenta la explicación más aceptable. Para ello, es necesario comprender la diferencia entre ‘historia’ e ‘historicidad’. La historia es el estudio científico y objetivo de hechos que ocurrieron en el pasado. La historicidad es el destacar y tomar aspectos del conocimiento histórico que pueden ser importantes para nosotros.

Los evangelios no son históricos sino que son historicistas. Esto, en ninguna manera significa que no son verdaderos. Hemos dicho que la historicidad parte del conocimiento histórico, consecuentemente, sus conclusiones se basan en elementos ciertos. Digámoslo en otras palabras: los evangelios no son libros de historia, son libros que interpretan la historia. Como interpretación, se da paso a la introducción de la fe y la esperanza cristianas.

Ni siquiera los evangelios pretenden ser históricos. Un ejemplo sencillo de verificar es que Mateo afirma en 1:17 que hay catorce generaciones entre Abraham y David, catorce entre David y la deportación y catorce entre la deportación y el Cristo. (Nótese el uso del nombre Cristo, que es una articulación de fe, en una lista de nombres históricos). Pero, basta con saber contar para darse cuenta que tales números no cuadran. En realidad desde la deportación hasta Cristo hay solamente trece generaciones.

Otro dato que es muy evidente: desde la deportación hasta Cristo hay aproximadamente 500 años y ‘catorce’ generaciones; entre David y la deportación hay otros aproximadamente 500 años y catorce generaciones. Pero, entre Abraham y David hay alrededor de 1,000 años y solamente catorce generaciones. Eso demuestra que las genealogías no son completas, se saltan muchas generaciones. La historia no permitiría tal salto, pero la historicidad sí, pues solamente destaca lo que le interesa para el tiempo actual.

Nos ahorraríamos muchas dificultades de interpretación al estudiar los evangelios si pudiéramos comprender esta verdad. Que no puedo decir que sea una verdad sencilla, pero que trato de explicar de la manera más fácil corriendo con ello el riesgo de una comprensión incompleta o inadecuada.

¿El abuelo de Jesús fue Jacob (Mt) o Elí (Lc)? Pudiera ser que ninguno de ellos. Lo verdadero es que ambos fueron ascendientes de Jesús. Lo que no sabemos es cuántos saltos se están dando en cada genealogía. También pudiera ser que en algún evangelio no se esté produciendo ninguno. Pero, eso no afecta en nada la identificación de Jesús con Abraham y David o con Adán, como lo hace Lucas. De la manera que es históricamente correcto que Jesús es un descendiente de Adán, también lo es que lo fue de Abraham y de David. Aunque demostrarlo históricamente no sea del interés de los evangelistas.

¿Contienen entonces los evangelios informaciones falsas? De ninguna manera. Porque la historicidad no se opone a lo histórico, mas bien lo sigue. El comprender que el criterio de los evangelistas era historicista nos lleva a una comprensión de que no tenemos que escoger entre una genealogía y la otra. Podemos creer en ambas aunque sean diferentes. Eso es lo que la fe puede lograr. Porque la redacción de los evangelios se hizo partiendo de la fe. ¿Cómo se explican las diferencias? No se explican. Solo se comprenden. Y al comprenderlas se desvanecen.

Las genealogías se comprenden al comprender quién es Jesús. Si Jesús es el Cristo, es históricamente cierto que es hijo de Abraham, de David y de Adán. Eso es lo fundamental. ¿Por qué el camino que sigue Mateo es diferente al de Lucas? Porque ambos escribieron con propósitos teológicos diferentes. Ello dio como resultado genealogías diferentes. Siendo elaboradas con propósitos de fe, no deben verse desde el punto de vista histórico. Debe discernirse su mensaje para nosotros. Porque esa es la fuerza de la historicidad: destacar elementos de la historia para nuestra enseñanza en nuestra época. Por tanto, la interpretación correcta es aquella que nos muestra cuál es el mensaje de cada genealogía para nosotros hoy.

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