¿SOY YO ACASO GUARDA DE MI HERMANO?

Por: Marcos Alexander Guevara.
E-mail: marcosAguevara@hotmail.com


La Biblia nos relata que Caín se vio grandemente desilusionado al ver que su ofrenda no fue recibida con agrado por Dios y la de su hermano Abel si, su corazón se lleno de resentimiento, envidia e ira, al tal punto que terminó asesinando a su hermano Abel.
Cuando Dios le pregunto a Caín ¿Dónde está Abel tu hermano? él respondió: No sé. ¿SOY YO ACASO GUARDA DE MI HERMANO? Génesis 4:9, como podemos ver en este capítulo, Dios no le respondió la pregunta a Caín.
Entonces ¿Ha respondido Dios esta importante pregunta? ¿Somos o no todos nosotros guardas de nuestros hermanos? La respuesta a estas dos últimas preguntas es un contundente SI, Dios desea que todos nos convirtamos en guardas de nuestros hermanos. Y aunque no se lo respondió directamente a Caín, si nos lo ha respondido a nosotros a lo largo de toda la Biblia, veamos algunos pasajes que así lo demuestran.

Debemos cuidar de no ofender o hacer sentir mal a nuestros hermanos,
“ Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite”. Romanos 14:21

Es decir debemos considerarlo a tal punto a nuestro hermano, que si alguna acción nuestra (Aunque no sea pecaminosa) le ofende, no la debemos hacer, aunque nosotros sepamos que no estamos incurriendo en una falta, con lo que hacemos o comemos, sencillamente NO LO VAMOS HACER, POR AMOR A NUESTRO HERMANO.
Alguien podría preguntar, “y por que un hermano no se sienta ofendido, ¿Debo privarme de mis gustos personales?, la respuesta es SI, asi lo dice la Biblia. “Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos”. Romanos 15:1, como podemos ver, nuestra prioridad no debe ser darnos gustos nosotros mismos, sino, no ofender a nuestros hermanos, pero surge una nueva pregunta ¿es justo eso, privarme yo para que otros se vean beneficiados? De nuevo la respuesta es SI, es lo que cristo hizo en Romanos 15:3 dice: “Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí”.
¿Era justo que a Jesús lo vituperaran?, NO, pero a pesar de que él no merecía ser tratado así, vino y murió por nosotros, no busco su comodidad, mas bien POR AMOR LO HIZO, tomemos su ejemplo y POR AMOR CUIDEMOS DE NO OFENDER A NUESTRO HERMANO.
Debemos cuidar y socorrer a nuestros hermanos cuando esten pasando momentos dificiles.
En Hechos 11, se nos narra que unos profetas llegaron de Jerusalén a Antioquia (v.27), y uno de ellos llamado Agabo, lleno del Espíritu Santo, profetizo que vendría una gran hambre en toda la tierra, (v. 28), sabiendo los hermanos de Antioquia la difícil situación que vivían los hermanos de Judea, consideraron que no iban a poder soportar la situación, por lo tanto ¿Qué hicieron?, ¿Se quedaron de brazos cruzados?, NO, “se organizaron con la idea de enviarles ayuda, Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea” (v.29), ellos sabían que no podían abandonar a sus hermanos en ese momento difícil, sabían que tenían que hacer algo. Pero no solo se quedaron con la idea, la determinación de reunir ayuda, sino que en efecto la mandaron lo hicieron una realidad, “Lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo (v.30), no basta con las buenas intenciones o con las ideas geniales hay que actuar efectivamente.
De igual forma nosotros, si nos damos cuenta de que un hermano esta pasando una necesidad de cualquier índole, no esperemos que nos suplique ayuda, brindémosela voluntariamente, por amor.

Pudiera seguir poniendo ejemplos, ya que la Biblia esta llena de pasajes que nos enseñan que DIOS DESEA QUE SEAMOS GUARDAS DE NUESTROS HERMANOS, pero creo que con estos dos ejemplos vasta para que veamos esa verdad de Dios.

Quiero terminar con unos versículos que hablan por si solos, no necesitan mayor explicación.

Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.( 1 Juan 4:11)

Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? (1 Juan 4:20)

Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. (1 Juan 4:21)

SI SOMOS EL GUARDA DE NUESTRO HERMANO

«FUI VÍCTIMA DE ABUSO SEXUAL»

por: Carlos Rey


En este mensaje tratamos un caso que nos contó una mujer de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net. «Descargó allí su conciencia» a fin de aliviarla, y nos autorizó a que citáramos su caso a fin de que les sirviera de consuelo o de aliciente a quienes se identificaran con ella. Estas son sus palabras textuales:
«De niña fui víctima de abuso sexual por parte de mi padre y mi padrastro, y mi perfil ha sido siempre de baja autoestima y depresiva, sobre todo porque he intentado suicidarme y tengo la tendencia a hacerme daño a mí misma. Recuerdo que lo hago desde niña.... Me siento sucia por ello; me odio a mí misma.....
»He sufrido interminables noches de llanto y soledad por mi actuar....
»Considero que a nuestro Creador le ofende tanta inmundicia en mi ser.»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»Nos quebranta el corazón escuchar el dolor y el sufrimiento que usted ha experimentado. Pero sabemos que quebranta aún más el corazón de su Padre celestial.
»Se supone que cada padre protege y valora a sus hijos. En cambio, en el caso suyo tanto su padre como su padrastro hicieron todo lo contrario.... Las acciones de ellos le enseñaron a usted una mentira: que usted era prescindible y desechable. Pero lo cierto es que usted es una creación sin igual, hecha a imagen y semejanza de Dios y digna de ser amada, valorada y apreciada.
»Usted ha tenido muy baja autoestima porque ha basado su realidad en la mentira que ellos le enseñaron. Usted misma se ha hecho daño porque la mentira de ellos le hizo sentir que usted no merecía nada mejor. Todas las historias que usted misma se cuenta se basan en mentiras que los hechos de ellos le hicieron creer.
»¡Ya es hora de que le ponga fin al poder de esas mentiras en su vida!... La persona sucia no es usted. Ni es usted responsable de nada de lo que ellos le hicieron. Su Padre celestial sabe que usted era una niña inocente.
»¿Qué puede hacer usted ahora para dejar de creer esas mentiras?
»Le recomendamos que busque ayuda. Su Padre celestial está esperando a que usted le pida ayuda. Dígale que usted no quiere seguir teniendo esos pensamientos, sino que quiere que su Hijo Jesucristo entre en su corazón y la acompañe en cada paso que dé desde ahora en adelante. Pídale perdón por cualquier ofensa que usted haya cometido, pero no le pida que la perdone por las ofensas que han cometido otros. Eso es algo de lo que ellos tienen que arrepentirse....
»Arme una defensa para vencer las mentiras enemigas que ha creído, repitiendo los siguientes versos de los Salmos, dirigiéndose a su Padre celestial: «¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!»1 Esa es la verdad. Venza las mentiras con la verdad. Al principio, es posible que sean sólo palabras que no esté usted pronunciando de corazón. Pero a medida que las repite y medita en ellas, poco a poco reemplazará las mentiras con la verdad.
»Por último, consulte con su médico si continúa sufriendo la tentación de hacerse daño. La tentación en sí no es pecado. Pero la manera como respondemos a ella sí puede serlo. Es posible que las mentiras la hayan acompañado tanto tiempo que han causado ligeros cambios en las sustancias químicas de su cuerpo.
»Con afecto fraternal,