LA ORACIÓN

Por: Marcos Alexander Guevara.
E-mail: marcosAguevara@hotmail.com


Una alabanza muy conocida por los cristianos evangélicos dice: “el poder del cristiano esta en la oración, el que ora constante vencerá en todo tiempo la tentación”. Esta es una verdad que hemos oído en repetidas ocasiones, sabemos que la oración es lo que hace a un cristiano victorioso, fuerte espiritualmente, por medio de ella se ganan las batallas, que Satanás le tiembla a un hombre o una mujer que ora, hemos innumerables sermones sobre los beneficios de la oración, pero a pesar de todo esto, ¿porque no oramos?, hace varios años, supe de una encuesta (no se si habrá alguna mas reciente), en la cual el promedio de tiempo que los cristianos evangélicos dedican a la oración es de tres minutos al día, alguien puede decir “yo oro mucho mas que eso” si pero hay muchos que no oran nunca, y sabemos que cuando se saca un promedio se le quita a unos para ponerles a otros a fin de sacar una media.
La pregunta es ¿Por qué a pesar de la conciencia que tenemos de la importancia de la oración, no terminamos de orar? ¿Será que acaso no queremos ser victoriosos en nuestras vidas espirituales? ¿o será que no nos importa la oración?. La respuesta es NO, no es eso, quisiéramos orar mas, anhelamos ser hombres y mujeres de oración, pero ¿entonces que sucede? Que nuestras oraciones son aburridas, soñolientas, repetitivas, monótonas, no han pasado ni quince minutos desde que nos arrodillamos, y sentimos que hemos orado, una hora, las palabras no nos fluyen, nos ponemos de rodillas, comenzamos a orar y al momento ya no estamos orando, solo estamos pensando en tantas actividades que tenemos que hacer, no nos concentramos, estamos pendientes de nuestro alrededor, de los ruidos, de las conversaciones de nuestros familiares, del programa de televisión que se oye a lo lejos, de que alguien toco la puerta y tenemos curiosidad por saber quien llegó, nos da sueño, bostezamos enorme, nos da pesadez y como casi siempre oramos a la orilla de la cama, solo nos levantamos, nos dejamos caer, y dormimos como unos angelitos.

¿Porque nos sucede esto? Porque no hemos entrado en los niveles de oración que Dios quiere?
Existen básicamente tres niveles en la oración, que van en ascenso de intensidad, por lo tanto después del nivel uno hay que pasar al dos y culminar en el tercero y mas elevado. Veamos a continuación cuales son:

1- Primer nivel ORACION EN EL ENTENDIMIENTO.
Como su nombre lo indica, es cuando oramos en nuestro entendimiento es decir, cuando con nuestra plena conciencia enumeramos las peticiones para traerlas delante del señor. (Filipenses 4:6), si oráramos plenamente en este nivel, pudiéramos incrementar considerablemente el tiempo y la calidad de nuestras oraciones, ejemplo. Usted hace un listado de personas por las cuales va a orar, a lo mejor va a pedir por conversión, sanidad, ayuda, fortaleza, provisión, protección etc. dedique UN MINUTO, SOLO UN MINUTO, para orar por persona, Imaginemos que comenzará por sus familiares, por pequeña que sea su familia digamos que incluye a 20 familiares; 15 amigos, 3 pastores conocidos suyos, 15 hermanos de su iglesia que usted sabe que están pasando momentos difíciles, dedica 1 minuto para orar por el presidente de la republica y 1 minuto por los diputados para que Dios les de
sabiduría, 5 minutos por sus necesidades. Solo en esta lista muy corta, usted habrá orado fácilmente 1
hora y si dedica 1 minuto mas para orar por los enfermos que están en el hospital, por los misioneros que predican en países donde los están matando, por los niños de la calle, por las madres solteras, por la violencia de su país, por los ancianos abandonados, por los que no tienen trabajo, es decir, por todo aquel que es su prójimo, usted estará orando mas de una hora, y sin aburrimiento, porque tan solo estará orando 1 minuto por persona, para que no se le olvide, haga la lista, no importa si habré los ojos para verificar la lista, no importa, lo que importa es que estará intercediendo por los demás, (Efe 6:18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”) eso es orar en el entendimiento, usted pide por otros y por usted, pero ordenadamente, para evitar quedarse sin palabras, será una oración larga, fluida y provechosa.
Y si se encontrara en la situación de que por haber pedido por otras personas, no le quedó tiempo de orar por usted mismo, no importa, usted pide por su prójimo Dios se encarga de usted. (Vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas). Mat 6:32-33.

2- Segundo nivel ORACION EN EL ESPIRITU.
Es cuando llegamos a un nivel donde el Espíritu Santo de Dios nos ayuda en nuestra debilidad y nuestra incapacidad de pedir lo que nos conviene, por eso él intercede por nosotros, (Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros. Romanos 8:26) se manifiesta cuando en medio de la oración, comenzamos a hablar en otras lenguas, eso es lo mejor que nos puede pasar, porque nosotros pedimos, pero no sabemos que pedir, como pedir, ni que nos conviene pedir, pero el Espíritu, el cual es Dios, sabe todo, y sabe que es lo que nos conviene. ¿Quien mejor que él para que interceda por nosotros?, aunque no sepamos lo que el Espíritu esta pidiendo, estamos seguros que es lo mejor para nosotros.

3- Tercer nivel ORACION CON GEMIDOS INDECIBLES.
Es cuando, avanzamos mas en el nivel de nuestra oración, al punto que nuestro quebrantamiento llega a tal grado, que se nos quiebra la voz, cuando ya no podemos orar en el entendimiento, ni siquiera en lenguas, ya no podemos pronunciar palabra alguna, lo único que podemos hacer es llorar, gemir, gemir y solo gemir, No podemos decir nada (el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles). Romanos 8:26.
A pesar de que no estamos pidiendo nada, ya que solo estamos gimiendo, Dios interpreta esos gemidos y los traduce en nuestras peticiones, él sabe de qué cosas tenemos necesidad, y nos responderá.

Como podemos ver queridos hermanos, si entramos a la oración con intensidad, dejaremos de lado esas oraciones monótonas y aburridas, el Espíritu Santo de Dios, nos quiere ayudar en nuestra debilidad, quiere interceder por nosotros, permitámosle que lo haga, ya que el nos conoce mejor, de lo que nos conocemos nosotros mismos.

“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración “EFICAZ” del justo puede mucho. Santiago 5:16

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